miércoles, 24 de septiembre de 2008

Sonríe

Hola,

Anoche pensaste en mi, ¿verdad? En mis cartas, en la maleta del abuelo Sebas, en el reloj… empiezas a perderme el miedo, lo noto… porque me lo tenías desde que leíste la primera carta. No pasa nada, yo en tu lugar también lo hubiera tenido.

A veces tememos lo desconocido… ¿a veces? Siempre. Nos da miedo el no saber lo que hay detrás, después. A mi no tienes por qué temerme, pues no hay detrás, no hay después. Soy lo que ves, de frente… y el después no existe, sólo el ahora. Mañana será ahora, dentro de un mes será ahora, y el fin de los días será ahora.

Te intrigo… pero no hay misterio, ya te lo dije. Me conoces más que a ti mismo, conoces cada centímetro de mi existencia… sólo que no lo recuerdas. Yo tampoco te recuerdo a ti, al menos no del todo. Y si recuerdo algún detalle más es porque te soñé. Recuerdo tu mirada, el agua de tus ojos… y el tacto de tu mano en mi mejilla. Si, no abras los ojos llenos de incredulidad, porque lo que te digo es cierto… ya lo recordarás tu. No hay prisa.

¿Me regalas una sonrisa? La que me diste al leer la carta anterior me encantó. Sonríeme, anda…



Un beso.

1 comentario:

Odiseo de Saturnalia dijo...

Sonreir es fácil, sobre todo cuando con las palabras creas el éter...

 
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