miércoles, 15 de octubre de 2008

Atardecer

Hola,

Últimamente mis días están cambiando… ¿Recuerdas que hace poco te conté que me habían pasado cosas, buenas, y que habían surgido nuevos escalones en la escalera? Bueno, pues estoy adaptándome al nuevo camino… y es un tramo de escalera un poquito más complicado que los anteriores, y me está costando tiempo y esfuerzo adaptarme al nuevo paso.

Ando un poco más atareada que antes, con más cosas que hacer, con más responsabilidades… y con más estrés. Pero no me estoy quejando – no me gusta hacerlo - sino que, muy al contrario, me gusta, aunque me deje agotada a la caída del sol. Me siento más activa, más segura de mi misma, más profesional… me siento grande. Hace poco me sentía pequeña, ¿recuerdas? Ahora, a veces, soy un gigante.

Pero cuando llega la tarde, como hoy, estoy agotada y me cuesta bajar el ritmo frenético de la mañana y relajarme. En días como hoy me encantaría llegar a casa y llamarte…”¿Damos un paseo?”, y que me dijeras que si… y salir a pasear, sin prisa, por los senderos del campo, que ahora está precioso bañado de otoño. ¿Y sabes qué? Me encantaría ver el atardecer contigo… me gustan mucho los atardeceres, tan rojos, tan naranjas, tan morados… ver como poco a poco se apaga el sol y se enciende la luna. ¿Viste hoy la luna? Yo la vi esta mañana, cuando salí de casa temprano. Estaba enorme, y muy muy brillante. ¿Y sabes qué? Me guiñó un ojo… nos estamos haciendo amigas. También quiero verla contigo a mi lado.

Se me ocurre una idea… mañana, al atardecer, voy a salir a pasear, contigo en mi mente. Y voy a lanzar un beso al aire, y así, si lo coge el sol, te lo dará en la mañana, y si lo coge la luna, lo tendrás esa misma noche. Acuérdate de cogerlo… no pueden quedárselo. Es para ti.

Un beso.

No hay comentarios:

 
Free counter and web stats