martes, 30 de septiembre de 2008

Agua

Hola,

Hoy quiero regalarte algo, ¿puedo?

A veces te presiento, como ahora. Siento tu energía. Si cierro los ojos puedo notarte mientras me lees. A veces, mientras te hablo en mis cartas, mi piel se estremece y el vello se me eriza. ¿No me crees? Prueba a hacerlo tú. Siénteme, porque estoy ahí, aquí.

Hoy te siento triste, cansado, perdido. La vida te pesa un poco más que otros días. ¿Quieres que te cuente un secreto? En el agua, todo pesa menos.

Cuando te sientas como te sientes hoy, métete en ella. El agua limpia, purifica, alivia pesares, cura heridas… ¿y sabes qué otra cosa hace? Te mece, como a un niño. Te envuelve y te acuna en sus brazos, y te protege.

¿Sabes qué me gusta hacer? Meterme en el agua, en el mar, y dejar mi cuerpo flotar mientras estoy casi totalmente sumergida. Respiro, respiro… y sólo oigo mi propio respirar y el latir de mi corazón. Es como estar en el vientre materno.

Pero a veces no hay mar… está lejos. Entonces cierra los ojos e imagínalo, o sumérgete en la bañera y déjate ir, que vuele tu mente hacia él, que te mezan las olas y te acaricie su espuma. Y no pienses, sólo respira.

Promete que lo harás.

Te regalo el agua.



Un beso.

1 comentario:

Odiseo de Saturnalia dijo...

Me gusta el agua...

Me gusta perderme en sus colores, en sus horizontes, y no ver nada más.

 
Free counter and web stats